Mitos y Verdades de los Omegas

by GNC Redacción
Mitos y Verdades de los Omegas
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Se dicen muchas cosas de los Omegas, pero no todo lo que ves en internet es cierto, ven y descubre los mitos y verdades de los Omegas.

Los ácidos grasos omega-3, conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular, la función cerebral y la reducción de la inflamación, han ganado popularidad en las últimas décadas. Sin embargo, con su creciente consumo, también han surgido diversos mitos y conceptos erróneos sobre su seguridad, eficacia y origen. En este artículo, aclararemos algunos de los mitos más comunes sobre los omega-3, respaldados por investigaciones científicas y fuentes confiables, para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu salud.

 

Mitos y Verdades de los Omegas:

 

Mito 1: «Todos los suplementos de omega-3 son iguales»

Verdad: No todos los suplementos de omega-3 son iguales. Existen varias fuentes de omega-3, como el aceite de pescado, aceite de kril y fuentes vegetales como el aceite de linaza. Las diferencias entre estos productos incluyen la biodisponibilidad, es decir, la facilidad con la que el cuerpo puede absorberlos y utilizarlos, y la concentración de EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), los dos ácidos grasos omega-3 más importantes.

El aceite de pescado, por ejemplo, tiene una mayor concentración de EPA y DHA en comparación con las fuentes vegetales, que contienen principalmente ALA (ácido alfa-linolénico). Si bien el ALA también es un omega-3 beneficioso, el cuerpo lo convierte en EPA y DHA en cantidades limitadas. Por eso, es importante seleccionar suplementos que garanticen un alto contenido de EPA y DHA si buscas beneficios específicos para la salud cardiovascular y la inflamación.

Mito 2: «Los suplementos de omega-3 contienen metales pesados»

Verdad: Si bien es cierto que algunos pescados pueden contener trazas de mercurio y otros metales pesados, los suplementos de omega-3 de alta calidad están diseñados para evitar este problema. Los fabricantes de suplementos de renombre someten sus productos a procesos de purificación como la destilación molecular, que elimina las impurezas y los metales pesados del aceite de pescado.

Por tanto, el riesgo de consumir suplementos de omega-3 contaminados con mercurio es muy bajo si se eligen productos de calidad. Para asegurarte de que el suplemento que consumes es seguro, busca certificados de pureza de organizaciones independientes como la International Fish Oil Standards (IFOS) o la United States Pharmacopeia (USP), que verifican la pureza y calidad de los productos.

Mito 3: «Los omega-3 de fuentes vegetales son igual de efectivos que los de origen animal»

Verdad: Aunque los omega-3 se encuentran en fuentes vegetales como las semillas de chía, linaza y nueces, estos contienen ALA, un precursor de los omega-3 EPA y DHA que se encuentran en los aceites de pescado y kril. El problema es que el cuerpo humano convierte solo una pequeña cantidad de ALA en EPA y DHA, los ácidos grasos que brindan los beneficios más significativos para la salud del corazón, el cerebro y la inflamación.

Si sigues una dieta vegetariana o vegana, hay alternativas derivadas de algas que contienen EPA y DHA. Estas algas se consideran una opción efectiva para quienes no consumen productos de origen animal y aún desean obtener los beneficios completos de los omega-3.

Mito 4: «Solo necesitas omega-3 si tienes problemas del corazón»

Verdad: Los omega-3 son conocidos principalmente por su capacidad para mejorar la salud cardiovascular, pero sus beneficios van mucho más allá del corazón. Estudios han demostrado que los ácidos grasos omega-3 también son útiles para reducir la inflamación, mejorar la función cerebral, promover la salud ocular y apoyar el sistema inmunológico. Incluso están relacionados con mejoras en la salud mental, ayudando a reducir los síntomas de ansiedad y depresión en algunas personas.

Por tanto, no es necesario esperar a tener un problema de salud grave para empezar a consumir omega-3. Su inclusión regular en la dieta puede ser beneficiosa para personas de todas las edades y con diferentes objetivos de salud.

Mito 5: «Los omega-3 pueden reemplazarse fácilmente con una dieta equilibrada»

Verdad: Si bien es cierto que algunos alimentos ricos en omega-3, como el pescado graso (salmón, caballa, arenque), pueden formar parte de una dieta equilibrada, no siempre es fácil obtener cantidades suficientes de EPA y DHA solo a través de la alimentación. La Asociación Americana del Corazón recomienda consumir al menos dos porciones de pescado graso por semana para obtener niveles adecuados de omega-3, pero no todas las personas siguen esta recomendación.

Los suplementos de omega-3 son una forma conveniente y efectiva de asegurar una ingesta adecuada de estos ácidos grasos esenciales, especialmente si no consumes pescado regularmente.

Mito 6: «Los omega-6 y los omega-3 son iguales»

Verdad: Tanto los omega-3 como los omega-6 son ácidos grasos esenciales, pero tienen efectos diferentes en el cuerpo. Los omega-6, que se encuentran en alimentos como aceites vegetales y nueces, son importantes para la salud, pero en exceso pueden promover la inflamación. Por otro lado, los omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias, lo que ayuda a equilibrar el efecto de los omega-6.

El problema radica en que muchas dietas modernas contienen un exceso de omega-6 en comparación con los omega-3, lo que puede contribuir a un estado proinflamatorio en el cuerpo. Mantener un equilibrio adecuado entre ambos es fundamental para la salud general.

Los ácidos grasos omega-3 ofrecen una amplia gama de beneficios para la salud, desde mejorar la salud cardiovascular hasta reducir la inflamación. Sin embargo, es importante ser consciente de los mitos que rodean a estos suplementos. Es importante que antes de adquirir un suplemento de Omega consultes con un especialista en la salud. Además, al elegir productos de alta calidad, verifica las certificaciones de pureza y manten un equilibrio adecuado entre omega-3 y omega-6 en la dieta, puedes maximizar sus beneficios y evitar riesgos innecesarios.

Fuentes y referencias:

  • Harvard T.H. Chan School of Public Health: «Omega-3 Fatty Acids: An Essential Contribution.»
  • Sadovsky, R., Collins, N., Tighe, A. P., Safeer, R. S., Morris, C. M., & Brunton, S. A. (2008). Dispelling the myths about omega-3 fatty acids. Postgraduate medicine, 120(2), 92–100. https://doi.org/10.3810/pgm.2008.07.1796
  • Salman, H. B., Salman, M. A., & Yildiz Akal, E. (2022). The effect of omega-3 fatty acid supplementation on weight loss and cognitive function in overweight or obese individuals on weight-loss diet. El efecto de la suplementación con ácidos grasos omega-3 sobre la pérdida de peso y las funciones cognitivas en personas con sobrepeso u obesidad en dieta para adelgazar. Nutricion hospitalaria, 39(4), 803–813. https://doi.org/10.20960/nh.03992
  • National Institutes of Health (NIH): «Omega-3 Fatty Acids Fact Sheet for Health Professionals.»
  • American Heart Association: «Fish and Omega-3 Fatty Acids.»
  • Kim, E. J., Ham, Y. R., Shin, J. A., Jeong, J. Y., Na, K. R., Lee, K. W., Kim, J. J., & Choi, D. E. (2021). Omega-3 Polyunsaturated Fatty Acid Attenuates Uremia-Induced Brain Damage in Mice. International journal of molecular sciences, 22(21), 11802. https://doi.org/10.3390/ijms222111802